© Vicente R. Sanchis Caparrós

miércoles, 20 de julio de 2011

August Strindberg en Berlín

August Strindberg en 1893
 Parece ser que Strindberg no vivía muy a gusto en ningún sitio. Si unimos el hecho de que a los suecos en general les encanta viajar que el clima tampoco acompaña mucho, no es de extrañar que Strindberg no fuera una excepción. Sin embargo, Strindberg siempre se movió por latitudes nórdico-germánicas, con la excepción de su estancia en París entre 1894 y 1896. Y así llegó a Berlín, capital de una Alemania en la que la cultura y los genios florecían.

Strindberg llegó a Berlín en 1892, huyendo, como en muchas otras ocasiones le sucedía. Su reciente separación de Siri von Essen debió hacerle sufrir y pudo ser causa de su viaje. En Berlín, se alojó con su entonces amigo el escritor sueco Ola Hansson y su mujer Laura Marholm, autora, entre otras obras, de Das Buch der Frauen (El libro de las mujeres). Con ellos vivió en Friedrichshagen, si bien no pareció acabar muy contento ya que en alguna carta posterior se refirió al lugar como Friedrichshölle (Hölle=infierno). Con la consiguiente ruptura de la amistad con los Hansson, algo habitual en Strindberg (recordemos, por ejemplo, la enemistad con los pintores Carl Larsson o Edvard Munch tras una larga amistad), Strindberg se instala en una pensión en el centro de Berlín (Berlin-Mitte), más concretamente en Wilhelmstraße, cerca de Unter den Linden, una de las avenidas principales de Berlín.

Precisamente en la esquina de estas dos calles, se encontraba una taberna llamada Zum schwarzen Ferkel (El cerdo negro), lugar de reunión de los más célebres autores, pintores y artistas en general escandinavos. Allí discutían sus teorías, por ejemplo, Adolf Paul, Edvard Munch, Gunnar Heiberg, Axel Maurer, Gabriel Finne o Holger Drachmann.

Curiosamente, el nombre de la taberna se le atribuye a Strindberg, quien por un cuadro de un cerdo negro a la entrada siempre se refería de ese modo al lugar. Podemos leer sobre todo lo que allí aconteció de la mano del mismo Strindberg, quien narró en Klostret (El claustro) su matrimonio con Frida Uhl y su vida bohemia en Berlín.

Frida Uhl en 1893
Efectivamente, Strindberg conoció a Frida Uhl en Berlín y fue en la taberna donde tuvieron varios encuentros. La joven periodista austríaca le debió parecer un tanto ingenua a Strindberg cuando ella le invitó a su casa sin compañía alguna. Igualmente le debió de parecer ingenuo el hecho de que Frida no se cansaba de escuchar sus teorías literarias vestida con ropas un tanto provocadoras, como se desprende de lo que Strindberg escribió en Klostret:

Un vestido ceñido verde revelaba la figura de una joven de dieciocho años y su pelo, que se había cepillado suavemente, le hacía parecer una colegiala ya adulta. Él no era capaz, ante tal encanto, de esconder su estado mental; en vez de ello, la miraba de arriba abajo, como si intentara así descubrir al enemigo escondido con un reflector.
¡Eros! Estoy perdido, pensó, y a partir de ese momento lo estuvo.

Frida y August Strindberg se casaron en 1893 y su matrimonio duró 18 meses.


Leemos en las Obras Nacionales de Strindberg lo siguiente:

I den självbiografiska romanen Klostret skildrar Strindberg närgånget sitt komplicerade och kortvariga äktenskap med den unga österrikiska journalisten Frida Uhl. Den innehåller också en livfull skildring av hans bohemliv på stamlokuset »Zum schwarzen Ferkel» (Den svarta grisen) i Berlin i början av 1890-talet.
    »Jag ber Dig ej låta läsas af obehöriga!» skrev Strindberg, när han 1898 skickade romanen till Gustaf af Geijerstam på Gernandts förlag. Klostret kom heller inte att tryckas under författarens livstid. När han var i färd med att skriva novellsamlingen Fagervik och Skamsund 1902, omarbetade han i stället Klostret till novellen Karantänmästarens Andra Berättelse. Genom att förlägga handlingen till Danmark och ändra på huvudpersonernas nationalitet tonade han ned de självbiografiska inslagen.